Por Luis Larrea
A muchos actores políticos les debe alegrar enormemente la decisión adoptaba por el mentiroso del Presidente Kuczynski de indultar al condenado de Alberto Fujimori. Pues al mantener sus ambiciones de llegar al poder y caso obtenga la mayoría del electorado peruano, que dicho sea de paso esta dominado también por oportunistas, no tendrán que lidiar con esta “papa caliente” que representaba el susodicho indulto a Fujimori. Basta con recordar los finales del segundo gobierno de Alan García , el de Ollanta Humala, y el primer año de Kuczynski, donde el indulto a Fujimori, estaba y no estaba en la agenda pública, y servía para calmar o agitar al fujimorismo. Pero su enorme alegría la esconden detrás de una hipócrita actuación como “defensores de la democracia”. Salen a los medios de comunicación a expresar su rechazo al indulto, cuando en el fondo le quieren dar las gracias al mentiroso de Kuczynski por haberles librado de semejante piedra en el zapato.
Éste oportunismo como esa actitud de cambiar principios y valores y aparentar ciertas posiciones no es nuevo, pues así se ha movido la clase política y dirigencial desde que el Perú es República. La historia nos da lecciones de oportunismos catastróficos como el del Presidente Iglesias que abandonó el Perú en medio de la guerra con Chile, el oportunismo de Alan García en su primer gobierno (1985-1990), que destrozó la economía y la seguridad de país, por lo cual ni siquiera pidió perdón, sólo dijo que fueron “excesos de juventud”, y el reciente oportunismo de Humala cuya revolución social terminó en el aprovechamiento personal de aportes y la vergüenza de estar preso junto a su esposa y cómplice en el poder. Del oportunismo de Kuczynski no podemos esperar nada bueno, ya que en su primer año ha demostrado ser un gran mentiroso y alejado de toda realidad. Así que no le espera un futuro mejor que al de sus antecesores en el puesto.
Al igual que el oportunismo, la hipocresía política también es una característica de la política peruana. Es hipócrita el ex ministro de cultura de Kuczynski, Salvador del Solar, cuando renuncia como protesta por el indulto concedido a Fujimori, cuando hace unos meses éste mismo ministro despidió al Director del Museo de la Memoria, por presiones de los fujimoristas, puesto que una exhibición tenía cierto perfil “antifujimorista”. Es una hipocresía el reclamar y expresar su rechazo al indulto a favor de Fujimori, cuando al momento de expresarse en contra o favor de la vacancia del mentiroso de Kuczynski, salieron cobardemete del parlamento los congresistas del grupo parlamentario Nuevo Perú. Pue si esa es la actitud en un nuevo Perú, mejor que se queden en el intento. Asimismo hay hipocrecia en los que ahora reclaman el indulto a Fujimori, como es el caso de Diego Garcia Sayan, Lourdes Flores Nano y Pedro Cateriano, pues cuando estuvieron en el poder o cuando ejercía el poder de la influencia no hicieron nada por resarcir todos los daños ocaciones por los años de violencia en el país, especialmente a la familias más pobres, ya que los llamados casos emblemáticos, como es el caso de La Cantuta, Barrios Altos, la matanza de Chuschi, la de Accomarca o la calle Tarata, han recibido un tratamiento especial, ya sea por su atención a nivel del sistema interamericano de derechos humanos o la justicia nacional, pero hy muchos otros que todavía esperan justicia.
Digo que es oportunismo e hipocresía en todo éste reclamo al indulto a Fujimori, puesto que los problemas de fondo no pasan por que Alberto Fujimori esté preso o indultado. Pues hasta ahora no se han concluído procesos judiciales com es el caso de Los Cabitos, no se ha logrado encontrar a los miles de desaparecidos, no se ha logrado indemnizar a las víctimas de la violencia en su totalidad, no se logrdo que la Policía y las Fuerzas Armadas levanten el secreto de todo su archivo para identificar a los responsables de delitos, de igual forma los mismo terroristas, cuyo brazo ideológico y defensa legal como es el MOVADEF, que pregona que en el Perú hubo un conflicto social, hasta ahora sus líderes presos no han pedido perdón, ni mucho menos han aportado al esclarecimiento de los hechos, y así podemos seguir la lista de los pendientes de justicia, luego de la violencia política que desangró el país, y ante lo cual la situación carcelaria de Alberto Fujimori no tiene absolutamente nada que ver, pues ya se le dictó una sentencia firme por delitos de secuestro agravado y homicidio calificado, y no como los oportunistas dicen que lo condenaron por delitos de lesa humanidad, lo cual no es cierto, y así lo ha determinado incluso una sentencia del Tribunal Constitucional, que estableció como declarativa la alusión a “crímenes de lesa humanidad”, y no así como resolutiva.
Teniendo en cuenta estos pendientes de justicia, sería bueno que se organiccen marchas para pedir el cumplimiento por parte del estado de las indeminizaciones, se haga una búsqueda de todos los desaparecidos, se cumpla con los plazos judiciales en los procesos pendientes desde la época de violencia política, y en todo esto exista un apoyo de todos esos actores políticos, que tanto se llenan la boca de defender la institucionalidad y los derechos humanos. La justicia es hacer y no un decir. Son estos pendientes de justicia los que deben movilizar a las personas y los actores políticos. Que Alberto Fujimori ahora esté indultado es un tema por el cual será tristemente recordado Kuczynski, pues conforme a la Constitución Peruana, es una prerrogativa del Presidente, y lo único que puede cambiar esta decisión es que se demuestre que la información contenida en el acta de la Junta Médica sea falsa, situación que no parece ser, y más por el contrario se sigue con especulaciones y hasta se moviliza al sistema interamericano de derehos humanos, que de seguro recomendará al estado peruano, como siempre lo hace, que se cumpla con investigar y juzgar casoso pendientes e indeminzar a las víctimas, situación que hasta la fecha el estado peruano viene incumpliendo.
En fin me parece un distractivo plagado de oportunismo y de hipocrecia los rechazos contra el indulto. No estoy a favor del mismo, pues lo más justo desde mi punto de vista debió ser un arresto domiciliario. Pero con un mentiroso como Kuczynski no se podía esperar otra cosa que un indulto, con la agravante que se dió en medio de una negociación de vacancia presidencia. El resultado ahora es que ésta papa caliente ya no estará más en la agenda política, a no ser que los oportunistas e hipócritas hagan de esta protesta su bandera para llegar al poder. Debemos admitir que ya fue una decisión adptada y nos tenemos que enfocar en los pendientes de justicia, cuya responsabilidad es del gobiero actual y no de un Fujimori preso. Asimismo es un ahorro para el estado, pues Fujimori preso costaba cerca de medio millón de soles al año, contaba con 17 funcionarios del INPE a su servicio y traslados costosos a las clínicas, cuando en el resto del país la población carcelaría sufre de serias limitaciones y los penales están sobrepoblados.