Raúl Vegas Morales
Ante la falta de capacidades para abordar el problema de los maestros, se oyen voces y opiniones que van desde la destitución de la ministra hasta la vacancia presidencial. Lo peligroso es que no vienen de la oposición fujimorista sino de ciudadanos de base, algunos con cierta ascendencia social.
Mientras, el gobierno persiste en el error. El ministro del interior Carlos Basombrío anunció que no dialogará con “sectores vinculados al grupo Proseguir, de Sendero Luminoso, el que está en el VRAEM, que se han unificado en un comité de lucha que preside este señor [Pedro] Castillo” (diario El Comercio)
No haber hecho ningún esfuerzo para comprender ideológicamente a Sendero Luminoso y combatirlo en ese campo, incide en que el gobierno tenga un pésimo diagnóstico de los movimientos radicales y se estacione en los años 80. No saben, no conocen o no entienden. ¿Alguna facción de Sendero Luminoso considera actualmente que la lucha armada es una forma de llegar al poder? No, ninguna.
Los Quispe Palomino que operan en el VAREM no tienen ninguna lucha política, son el brazo armado del narcotráfico cuyo objetivo es mantener una zona liberada del estado para la producción y comercialización de la droga, se amparan en el viejo discurso de sendero como una forma de justificar su presencia y captar adeptos, pero carecen totalmente de objetivos políticos. Sin embargo el ministro persiste en querer vincularlos con el movimiento magisterial. ¿Incapacidad o ignorancia?
El movadef y otros grupos afines a Sendero, ya no ven la violencia armada como opción, lo que buscan es la liberación de Guzmán y participar en la actividad política legal, pero el sistema, torpe, no lo permite porque no lo entiende y los usa como espantapájaros político, lo que hace que no se los pueda encapsular para combatirlos.
En lugar de explicar la actual situación de la educación peruana y los planes y proyectos para mejorarla, de asumir políticas claras como el incremento del presupuesto educativo respecto al PBI, el gobierno se entrampa en ideologismos que no entiende. Sin embargo no podemos caer en la tentación maximalista de sumarnos al cargamontón fujimorista para solicitar la vacancia presidencial. Es necesario preservar el sistema así no nos gusten el presidente y sus ministros.