Una relación madre – hijo de calidad se verá reflejada en las habilidades sociales del niño a lo largo de su vida; en el buen desarrollo de sus relaciones interpersonales, en sus habilidades cognitivas, la confianza en sí mismo y el fortalecimiento de su autoestima. En suma, se genera una buena salud mental. Así lo indica el médico psiquiatra Luis Matos Retamozo, de la Dirección de Salud Colectiva del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”.
Matos Retamozo señala que el papel de la madre en la crianza de los hijos y su destino es fundamental, no solamente como transmisora de vida sino como el principal elemento que sociabiliza y humaniza al niño. La criatura que siente que su madre lo quiere incondicionalmente, podrá vencer cualquier obstáculo que la vida le presente.
Señaló que el afecto materno se caracteriza por un impulso natural de amar y proteger al hijo. Es una relación emocional e intuitiva, y está determinada por el vínculo que se tuvo con el bebé desde el vientre durante nueve meses donde se compartió la misma unidad y se logró establecer una conexión única.
“La relación madre-hijo, no sólo determina la calidad de los vínculos sociales futuros. También la estimulación temprana. Su carencia afecta el buen desarrollo de relaciones emocionales, sociales y cognitivas” puntualizó el especialista.
El médico psiquiatra precisa que además la función de la madre es dar seguridad en la vida. El amor de la mamá es fundamental, especialmente en los primeros años de vida, porque fortalece la confianza del niño a través de la satisfacción de sus necesidades básicas: alimento, abrigo, compañía y protección, principalmente.
“Desde el primer contacto físico, la manera cómo la mamá abraza a su hijo, cómo lo acaricia, cómo lo hace suyo, constituyen elementos muy positivos para su salud mental”. El apego es fundamental. Todo niño que se sienta bien querido va tener alta autoestima, va ver el mundo con confianza y va a sentir que el mundo es bueno y lo va a recibir con naturalidad.
Matos Retamozo indica que ser mamá no es una tarea sencilla, pero ningún niño busca tener a la madre perfecta, los niños necesitan madres que les atiendan, que puedan demostrarles cariño y que les trasmitan alegría, calma, apoyo y felicidad.