Mientras en otras ciudades del Perú y ni que decir en ciudades del extranjero como en el Ecuador, no permiten ya la instalación de postes y más bien han procedido hace varios años (1995) con el retiro de los cables y postes, para reemplazarlos con instalaciones subterráneas; en Huamanga la Municipalidad Provincial autorizó a la Empresa América Movil SAC la instalación de 1663 postes en toda la ciudad, pese al reclamo de la población que no quiere más postes y cables en Huamanga.
La gestión Aedo Mendoza, de espaldas a la población, no vela por los derechos de los pobladores sino más bien atenta contra ellos ya que el instalar más postes y cables genera la contaminación visual, así como significa un gran riesgo para los transeúntes y vecinos del lugar donde se instalan postes y cables.
Esta gestión municipal, ha autorizado dicha instalación pasando por encima de la Ley de Telecomunicaciones 28737,la que en su Artículo 19 establece: ”cuando las redes de conducción de servicios de telecomunicaciones tienen que extenderse en áreas urbanas, éstas deberán tenderse a través de ductos no visibles suberráneos”. Ante esto los vecinos de la Urb. Mariscal Cáceres, solicitaron se deje sin efecto dicha autorización, sin que la autoridad se digne en responder hasta la fecha.
Aparte de la contaminación visual producida por esta maraña de cables y postes que provocan las compañías de teléfono, cable y electricidad, existe una peligrosidad para quienes transiten o habiten cercano a estas telarañas metálicas.
En algunos sectores muchos de estos alambres están muy bajos y otros duran días colgando de los postes, aunque estén conectados a las redes eléctricas.
Una gran cantidad negocios y viviendas independientes o residenciales experimentan la obstrucción de los espacios aéreos próximos a sus ventanas, azoteas o balcones, que limitan cualquier tipo de actividad y ponen en peligro la vida de las personas, si por una u otra razón se hace contacto con estos alambres alimentado con energía eléctrica.
Los postes ocupan parte de las aceras de circulación peatonal y otros están dentro de espacios aéreos de las calles por lo que muchas veces son impactados por vehículos.
Otras formas de cómo afecta a la ciudadanía este uso indiscriminado de los postes, es que estos nidos de alambres producen pérdidas y ayudan al robo de energía, provocan averías constantes, y a la vez dificulta a los operadores dar el mantenimiento requerido. Cuando estos cables no están en buenas condiciones son peligrosos y provocan cortocircuitos y explosiones que crean inseguridad y pánico en el entorno. (http://elnacional.com.do/alambres-descuidados-afean-ciudad-y-amenazan-a-la-poblacion)
En Ecuador desde 1995, las instalaciones aéreas se han cambiado por las subterráneas.
DICIEMBRE DE 2007.- Mientras se camina por las calles de la mayoría de las ciudades basta una mirada a lo alto para toparse con decenas de cables enredados que parten en múltiples direcciones de los postes de alumbrado público.
Allí convergen la energía eléctrica, las conexiones telefónicas y de TV por cable formando verdaderas telarañas que causan contaminación visual y se constituyen en un peligro de muerte.
La falta de planificación municipal, en muchos casos; y la elevación de construcciones ilegales ha determinado que las viviendas topen con los conductos de energía de alta tensión. Este tipo de acciones, sólo en Quito, dejan 16 electrocutados en lo que va de este año.
El 10 de noviembre, el policía Washington Estrada Zamora ayudaba a un ciudadano del Comité del Pueblo (norte de Quito), a mover una varilla de la terraza, cuando la pieza tocó los cables. La descarga lo lanzó varios metros y le causó la muerte instantánea.
Raúl Ruiz, jefe de la División Operativa de la Empresa Eléctrica Quito, asegura que los barrios en los que es más común este tipo de accidentes son Solanda y El Calzado.
Esto se da, según el concejal Ramiro Pérez, miembro de la comisión de Suelo y Ordenamiento Territorial, porque “se irrespeta la zonificación y en lugar donde se puede construir casas hasta de dos pisos, construyen más. Entonces, se topan con el cableado eléctrico que fue hecho con la zona original”.
El Municipio capitalino hasta junio del próximo año pondrá en vigencia la nueva zonificación que determinará el número de pisos que se pueden construir en cada zona y tomará dos tipos de acciones: derrumbar pisos en los casos necesarios o remover el cableado para evitar estos accidentes.
“Si hay una casa de cinco pisos en una zona en que se puede construir hasta tres, seguro deberemos quitar al menos uno. Pero si es una situación de varias casas en el mismo sector, seguramente habrá que mover los cables. Lo que haremos será un estudio caso por caso para determinar las mejores opciones”, explica Pérez.
Solución subterránea
Guayaquil, Ambato, Loja y Latacunga son las principales ciudades ecuatorianas donde se ha comenzado el cableado subterráneo en las calles céntricas de estas ciudades y progresivamente se incrementará la cobertura.
En los planes municipales de otras ciudades, en cambio, no existe planificación para solucionar estos problemas, especialmente por los costos que implican.
El jefe del Departamento Técnico de la Empresa Eléctrica de Esmeraldas, Ever Sosa explica que para las acometidas de instalaciones subterráneas se necesita cables de cobro cuyo costo elevaría por lo menos en un 200 por ciento de lo que cuesta un kilómetro de redes aéreas.
La contaminación visual, sin embargo, atañe también a otras empresas públicas y privadas como las telefónicas y las que proveen televisión por cable.
Para la red eléctrica subterránea de Ambato se planificó conjuntamente con estas empresas que obligatoriamente deben retirar sus cables para, conjuntamente, emplear el mismo sistema.
Carmita Ruiz, gerente de TV Cable Ambato, señaló que en marzo del próximo año concluirán sus trabajos de pegado de cable a las fachadas de las viviendas en el casco comercial de esa ciudad.
TOME NOTA
En un kilómetro de línea aérea se invierten 45 mil dólares, en la subterránea 150 mil dólares.
AMBATO
UN CAMBIO DE IMAGEN
El cableado que circundaban la capital del Tungurahua empezó a desaparecer en 1995 cuando inició el sistema de redes eléctricas subterráneas, gracias a un convenio establecido entre los gobiernos del Ecuador y de Bélgica.
Mediante este acuerdo, a la Empresa Eléctrica Ambato S.A. (EEASA) se le entregó 32 subestaciones compactas y cable de media tensión de diferente calibre, aseguró Arturo Meneses, jefe de Sección de Redes Subterráneas de la EEASA.
Con este aporte y una buena inversión económica de la empresa se inició los trámites y gestiones con el fin de poner en ejecución los trabajos.
Con esta obra la imagen de la ciudad cambió por completo, además el cambió se ejecutó pues las redes ya cumplieron su vida útil (30 años) y estuvieron operando a un voltaje de 4.16 KV, voltaje en desuso.
Con las modernas instalaciones subterráneas se opera a 13,8 kv.
Meneses explicó que en las zonas periféricas de la ciudad se utiliza otra tecnología, como la de cables aislados que ya se implementa en la ciudadela España.
Por el costo elevado del sistema, poco a poco se implementará en toda la ciudad, así se brindará seguridad y mejor estética.
Mediante este sistema de cableado también se controlará las pérdidas negras (robo de energía) que son frecuentes con el cable visto, puntualizó Meneses.
La telefonía fija y el cable llevan adelante también el sistema de cableado subterráneo. (http://lahora.com.ec/index.php/noticias/show/656072/-1/Telara%C3%B1a_de_cables_contaminan_visualmente_a_las_ciudades.html#.V6EKruvhDIU)