El 7 de febrero, Francisco Miró Quesada renunció a rectoría de la UCV, propiedad de César Acuña. El 24 de febrero el Pastor Lay renunció a la plancha presidencial del grupo político APP, propiedad de César Acuña; hace pocos días Favre dejó de ser el asesor y hoy, Anel Townsend renuncia a la lista congresal del mismo grupo político. Al parecer el plagio y la falsificación de firmas para ocultar el plagio son solo las primeras manifestaciones de una red más oscura que se viene descubriendo poco a poco y que no se pueden ocultar en una campaña electoral tan colorida como la nuestra. A ello se suma el silencio de César Villanueva quien viene evaluando su permanencia; seguirían los pasos Luis Iberico y otros actores políticos nacionales.
¿Cuáles son las consecuencias de estas fugas?
En primer lugar la caída en las encuestas del que hasta hace pocas semanas fue un potencial candidato y presidenciable, producto de sus propios infortunios.
Por otro lado, no solo fueron las denuncias en contra del dueño de la agrupación política; sino, lo que es peor, que todo el derrumbe suceda al interior de APP; fueron sus incondicionales quienes ahora empiezan a retirarse y dejarlo solo. Sucede que ni los millones que pueda gastar son suficientes para mantener a estos actores políticos. Lay, por ejemplo, representa a un sector de la población; Anel fue figura política nacional y Villanueva es un representante de la descentralización. Si bien pudieron ahorrarse unos miles de soles para una campaña gratuita; ello es poco si comparamos con los intereses políticos de mediano y largo plazo; plazo al cual, Luis Iberico también apunta. La manzana empieza a pudrirse desde adentro. Está claro que estas elecciones no serán favorables para Acuña en su intento de ser presidente.
¿Quiénes son o serán los ‘incondicionales’?
Los supuestos incondicionales son aquellos que pretenden llegar a ocupar un sillón en el parlamento; que no cuentan con respaldo ciudadano estable y que además carecen de ingresos propios suficientes como para mantener una campaña electoral. Pero esa lealtad es temporal, circunstancial; es la misma figura de las elecciones pasadas con el movimiento de Oscorima; las lealtades del gobernador regional, de los alcaldes y regidores de ARA que hoy quedaron en el olvido. De hecho, si articulamos los discursos de los candidatos al parlamento por APP, empiezan a marcar distancia de Acuña (sin contradecirle) e intentar posicionarse de manera individual; la estrategia ahora es aprovechar los recursos que Acuña aún provee.
Queda pues al elector hacer la mejor elección o elegir, nuevamente, a los “menos malos” que nos representen en el congreso.