Mario Zenitagoya
El 25 de Noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, tiene carácter oficial en la Organización de las Naciones Unidas desde el año 1999. Fecha que fue elegida en conmemoración del asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal. Patria, Minerva y María Teresa Mirabal (Las Mariposas), tres activistas de la resistencia contra la dictadura de Rafael Trujillo en Santo Domingo.
En noviembre de 1985, la Asamblea General de la ONU abordó el tema de la violencia en el hogar. Este mismo año, la Organización de Estados Americanos aprobó un importante Plan de Acción respecto a la violencia que afecta a la mujer y, en 1990, aprueba las Conclusiones y Recomendaciones de la Consulta Interamericana sobre Mujer y Violencia.
Es en 1993, en el marco de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, se reconoce que los derechos de las mujeres es un problema de derechos humanos
Los tiempos han cambiado y la violencia contra las mujeres van en aumento, las cuales se manifiesta en diversos aspectos de la vida cotidiana de nuestra sociedad, tanto a nivel privado, en la familia, o de manera pública, ya sea en el trabajo, la calle o a la hora de formular políticas públicas. María Raguz, docente de piscología, ha realizado un importante estudio de este fenómeno por 40 años y explica por qué se da esta situación en nuestro país.
Considera que las dos principales causas del feminicidio y de la violencia contra las mujeres se deben a dos maneras de pensar muy difundidas en nuestra sociedad. “Una es el patriarcado. Se trata del hombre protector, que es como el padre, quien provee y cuida. Puede gritar, puede castigar, hasta puede pegarle a la mujer, pero lo hace pensando que la está protegiendo a ella, a la casa.”
Raguz explica que esta situación se encuentra en costa, sierra y selva, sobre todo en la sierra, donde se piensa que se está protegiendo a la familia y al orden de la comunidad. “Hay incluso mujeres que esperan que su pareja las críe. Si no me pega es porque no le importa, es su rol cuidar a la familia“. Raguz pudo observar esta situación en un estudio realizado con 5 mil sujetos de sectores pobres de la sierra y la selva peruanas. El patriarcado fue una razón fundamental de la violencia de género en la región andina (…)
Cifras oficiales del Ministerio de la Mujer indican que pese a la disminución de 76,9% a 68,2% entre el 2009 y 2016, los niveles de violencia de género son muy altos
El Perú sigue ocupando el tercer lugar a nivel mundial en relación de países con mayores índices de violaciones sexuales en el mundo, luego de Bangladesh y Etiopía.
En el documento se detalla que, pese a que la violencia física, psicológica y sexual contra la mujer disminuyó de 76,9% a 68,2% entre el 2009 y 2016, aún el porcentaje sigue siendo alto. Indican que esto se debe a “factores como la desigualdad en la relación de poder entre hombres y mujeres al interior de las familias y las comunidades, la cual está basada en estereotipos socio culturales machistas, que se combinan con una alta tolerancia a la violencia familiar en la sociedad”
Qué se está haciendo desde el Estado para solucionar esta situación? Expertos y estudiosos de este fenómeno social señalan que los recursos asignados son insuficientes para contrarrestar este grave problema. Hay una voluntad política solo para la foto. Instalan una oficina pero no asignan los recursos. ¿Cómo se hace una campaña nacional de erradicación de la violencia con poco presupuesto y personal?”.
Hay opiniones que apuntan a una solución a largo plazo. “Hay que ir a las raíces estructurales de esta violencia y corregir las ideas y las mentalidades. La violencia no genera porque seamos diferentes o distintos, ya que nadie quiere ser igual al otro; se da porque somos desiguales. Hasta que no se cierren las brechas de desigualdad en todos los aspectos, tales como la vida, salud, educación, participación política, autonomía y desarrollo, va a seguir habiendo violencia en el trabajo, acoso en la calle o en otro espacio”. Durante los últimos tiempos somos testigos de que el primer violador de los derechos humanos en nuestro país es el Estado peruano, por no hacer prevalecer la justicia por igual.