César Mariano Beltrán/La Noticia en el Comentario
HUELGA INDEFINIDA EN EDUCACIÓN
“Si el maestro es incompetente tiene que salir del aula”
Analizar el problema del sector Educación, en medio de una huelga indefinida e ‘intransigencias’, y hallar una respuesta de resolución de la misma no es sencillo, más aún cuando se tiene por un lado la desatención a las demandas legítimas de los maestros —mejoras salariales, CTS y subsidios, mayor presupuesto para el sector educación, etc.—; cuando se desconoce el derecho universal de los niños, niñas y adolescentes de acceder una educación de calidad; cuando se tiene a un debilitado Ejecutivo, un ‘gabinete de lujo’ incapaz de prever el conflicto y resolver el problema, cuya ministra de Educación será interpelada en los próximos días; y una mayoría parlamentaria obstruccionista y oportunista que convenientemente saca cuerpo para atizar el conflicto; entre otros factores.
Al respecto, León Trahtemberg, magister en Educación por la Universidad Hebrea de Jerusalén —miembro de la «Comisión para un Acuerdo Nacional por la Educación» del Ministerio de Educación (2001), miembro del Consejo Nacional de Educación desde el 2002, reelegido sucesivamente los años 2008 y 2014 hasta el 2020 y autor de más de una docena de publicaciones sobre la Educación Peruana—, ensaya una lectura de la huelga indefinida, responsabilidades y cómo se resolvería el problema a la luz de los acontecimientos de esta mañana.
‘Explosiones’ que ocurren cada cuatro o cinco años
En primer lugar, sostiene que la huelga indefinida que vienen acatando los maestros a nivel nacional son ‘explosiones’ que ocurren cada cuatro o cinco años, generalmente en el primer o segundo año de gobierno, por las frustraciones ante el incumplimiento de las promesas electorales y/o compromisos de los sucesivos gobiernos. Una situación atípica, donde la dirigencia oficial del magisterio, el CEN del SUTEP, no está logrando representar a todos los sectores de las regiones, quienes lo desconocen y hacen su propia agenda de reivindicación. Esta situación viene dificultando que haya una voz única, de parte de los maestros, para llegar a un acuerdo con el Ejecutivo. Además, también hay diversas voces en el Ejecutivo, en el Congreso de la República y en los partidos políticos que están asumiendo posiciones distintas para resolver las demandas de los maestros. Con varios frentes se dificulta la resolución del problema.
En segundo lugar, en cuanto a la negativa de volver a establecer una comunicación entre el Ministerio de Educación y el representante de los maestros de las regiones del interior del país, Trahtemberg encuentra dos problemas. Primero, oficialmente el sindicato reconocido es el SUTEP nacional con el que el Ministerio de Educación si ha dialogado. Segundo, el Ministerio de Educación no actúa sólo, actúa coordinadamente con el sector del Interior. Si éste dice que algunos de los dirigentes que están encabezando estos movimientos no son aceptables, porque tienen antecedentes vinculados con grupos violentistas, el Ministerio de Educación no puede ignorar los planteamientos del Ministerio del Interior.
Estos factores generaron la idea de la mediación de los congresistas; sin embargo, también se presentaron algunos congresistas, particularmente de la oposición, con intereses particulares, acrecentando el conflicto de la huelga indefinida.
La imagen de los maestros acatando una huelga indefinida
En tercer lugar, para Trahtemberg, los maestros son referentes de la disciplina, el respeto al Estado de derecho, la educación cívica, educación ciudadana, etc.; no obstante, afecta observar a algunos maestros ‘vociferando’ de una manera insultante y ofensiva al gobierno, al ministerio, pidiendo que ‘se mueran los ministros’, tirando botellas, piedras, invadiendo calles para las cuales no han sido autorizados las marchas; es decir, se presentan imágenes de un magisterio que trasgrede las normas de convivencia de un Estado de derecho. Eso deja huellas también en los niños en cuanto a quienes son sus maestros. Hechos que no ayudan mucho a la revalorización e imagen de los docentes.
Evaluación al desempeño docente y las rúbricas
En cuarto lugar, en referencia a la evaluación del desempeño docente y las rúbricas, Trahtemberg reconoce que el instrumento de evaluación es complejo, que tiene varios elementos muy subjetivos, que hay demasiados indicadores para observar en 60 minutos de clases de un maestro; sin embargo, puede ser mejorado. Por otro lado, no se explica porque se tiene que observar 60 minutos de una clase cuando se tiene al maestro todo el año para observar en las aulas el desempeño docente.
Asimismo, formula otra pregunta “¿Qué pasa cuando un maestro, aún con los instrumentos más perfectos que existieran de evaluación, llegara un momento en que se evidencia en que es incompetente, que no está en condiciones de enseñar, que a pesar de los esfuerzos de capacitaciones o actualización este maestro no llega a los alumnos, no logra que sus alumnos aprendan, no logra gestionar el aula de manera eficiente, etc.?”. Se debe comprender que la razón de ser del sistema educativo es que el ‘alumno’ esté en manos de un maestro competente para aprender los contenidos del currículo. «Si el maestro no es competente, entonces, no se puede dañar al alumno diciéndole: ‘mira, mala suerte, te tocó un maestro incompetente, y vas a tener que arreglártela con eso porque no se le puede cambiar’». Entonces, ahí es donde entra en conflicto el derecho del niño a prender en la escuela y estar en manos de maestro competente. Si el maestro es incompetente tiene que salir del aula.
¿Cómo se avizora la resolución de la huelga indefinida?
Finalmente, respecto a la resolución de la huelga indefinida de los maestros, Trahtemberg manifiesta que “(…) lo que se viene son los descuentos a los maestros, reemplazar a quienes no quieren ir a clases, terminar los contratos de los contratados que no asisten a clases, eso va a dejar maestros resentidos en el camino, en algunos casos va a desinflar la huelga (…)”.
Asimismo, expresa que el problema es que esas medidas no resuelven el conflicto, simplemente ‘le pone paños fríos’ pero no resuelve las razones por las cuales los maestros están mortificados; y que el Ministerio de Educación tendrá que ‘hilar fino’ para crear un clima de confianza y recomponer su relación con el magisterio; porque aunque regresen a las aulas presionados por los descuentos y despidos el ‘resentimiento’ va a estar ahí.