Mario C. Zenitagoya B.
Hay un dicho que a todas luces cae como anillo al dedo en política: “el fruto cae por su propio peso”. Es lo que se va vislumbrando en el fujimorismo y con la renuncia de la Congresista Patricia Donayre, no hace más que ratificar de cómo los 72, ahora 71 soldados están de pie frente a la dictadora, obedeciendo sus órdenes; pero una no quiso seguir con la perorata naranja.
“Yo como provinciana siento que el centralismo se refleja no solo a nivel de la capital sino también a nivel de grupo parlamentario y en el propio Congreso. Ya es hora de que se escuche la voz de los provincianos y las regiones», dijo en conferencia de prensa la congresista renunciante (…)
“Siento que no hay una auténtica democracia. En un reglamento donde se establece que la presidenta del partido preside el grupo parlamentario, estamos ya partiendo de un acto que no es democrático porque no puede presidirlo quien no ha sido elegido como congresista de la República».
Ante este hecho, el neofujimorista servil, Luis Galarreta, trata de desmentir-como se esperaba- ha desestimado las expresiones de Patricia Donayre, asegurando que “existe democracia” en su grupo político (…).
Los portavoces, prestos y obedientes expresan que en la bancada fujimorista hay democracia, que no es una bancada dictatorial.
Los que estamos por una plena democracia no podemos tragarnos dicho cuento. Bien se sabe que los parlamentarios sumisos nunca plantean sus puntos de vista durante sus reuniones de bancada. Las presidencias de comisiones ya está determinada por la “jefa” y el supuesto manejo democrático del reglamento interno del fujimorismo no es muestra de democracia, algo descartado por Patricia Donayre, quien dijo que se trata de un documento inconstitucional. Pero Galarreta, fiel a su estilo manifiesta que según el reglamento Keiko Fujimori, como presidenta del partido, preside la mesa directiva de la bancada, pero las decisiones las toman los ahora 71 parlamentarios (debemos creerle?).
En democracia, no es democrático presidirlo quien no ha sido elegido congresista de la República; pero como nuestra llamada “clase política” está tan corrompida, que se puede esperar, más aun tratándose del fujimorismo.