Raúl Vegas Morales
La tinta sigue corriendo con opiniones encontradas sobre Fidel Castro. Corren los extremos del odio y el aprecio. No es para menos, Fidel, ideológicamente, mantuvo al mundo partido en dos. También es natural la reacción de los militantes de la Derecha Bruta y Achorada, quienes muestran el odio que profesan a un modelo de sociedad distinto al que ellos pueden concebir.
De las opiniones vertidas por ese sector, la de Andrés Oppenheimer, que califica a Castro de cobarde se lleva el premio. Calificar cobarde a un guerrillero es torpe, porque se trata de alguien que se juega la vida, que está dispuesto a morir entre balas o torturas por la liberación de un pueblo. El contexto fue la década 50 con dictaduras asesinas. Ya veo a Oppenheimer con los pantalones mojados ante un ataque militar armado.
También se revivieron viejas acusaciones como la que indica que Castro amasó una fortuna de 900 millones de dólares, sin recordar que fue desmentida en su oportunidad, cuando Fidel retó a la revista Forbes que si le probaba al menos una mínima parte de lo que decía, él, Fidel, renunciaría de manera inmediata. Naturalmente Forbes no pudo probar nada.
El odio siempre lleva un componente irracional. Me llamó la atención que se diga por ejemplo que todas las dictaduras son iguales. Decir eso es tener la vista muy corta. Sólo para quedarnos en el Perú ¿fue igual la dictadura de Fujimori que la de Velasco? Quienes aseguran eso demuestran que sólo leen los titulares de los diarios, o conocen los libros por el forro. Es opinar elocuentemente de lo que no se conoce.
Cuba tiene un sistema democrático popular. Quien dice que no hay elecciones no conoce el sistema político cubano o está mintiendo. Cierto, existe un partido único, pero el partido Comunista de Cuba no se presenta en elecciones, no propone ni elige candidatos. Cumple un rol educativo y orientador.
Los dirigentes son elegidos mediante asambleas de barrio donde cualquier ciudadano puede proponer candidato o postular. En votación a mano alzada los vecinos eligen a sus representantes quienes participan en las elecciones municipales, luego en asambleas provinciales; finalmente se elige a la Asamblea Nacional compuesta actualmente por 612 diputados. La Asamblea Nacional elige al Jefe de Gobierno.
En las elecciones pueden votar todos los ciudadanos mayores de 16 años, el recuento de votos es público, pueden participar la prensa nacional y extranjera, diplomáticos, turistas y todo el que lo desee. La Asamblea Nacional se renueva cada 5 años. Ningún diputado cobra remuneración por esa labor ya que no dejan su trabajo original.
Dan Brown escribió que los mediocres sospechan de lo que no conocen, algo de eso sucede con Cuba y Fidel Castro, hoy en la eternidad. Gloria al científico social, guerrillero y Comandante.