Jaime Antezana Rivera.
El 23 de setiembre pasado, a través de una nota publicada en La República, el Ministerio del Interior (MININTER) informo que -hasta el mes de agosto- el CORAH había erradicado 20 263 hectáreas de coca. Nada hacía presagiar que esa cifra, a la que -sobre todo en los últimos dos años- el CORAH y el Mininter nos venía acostumbrando, iba a tener algún -salvo por varios investigadores de la problemática- cuestionamiento.
Sin embargo, poco después, ocurrió lo impredecible. Así, seis días después, el 29 de setiembre, varios medios de medios escritos informaron que la Presidenta Ejecutiva de Devida Carmen Masías señalo textualmente lo siguiente: «hasta fin de año se cumplirá la meta de 16 mil hectáreas (de erradicación)”. Evidentemente, lo señalado por Carmen Masías revelaba desacuerdo con la información dada por el MININTER.
¿Cómo es posible que la meta oficial de erradicación de coca para este año será de 16 mil hectáreas, pero el Ministerio del Interior haya informado que ya erradicaron un poco más de 20 mil hectáreas? El mensaje, tácito pero directo, de Carmen Masías, jefa del ente rector de la lucha contra las drogas, al MININTER era obvio: no suscribía las 20 263 hectáreas de coca que había informado seis días antes.
No era una simple e insustancial desavenencia. Claro que no. Por un lado, es un hecho sin precedentes el florya escort desacuerdo tácito y subyacente en torno a un componente importante en la lucha contra el narcotráfico: entre la extensión de coca presuntamente erradicada y la meta de erradicación de este año. De esa manera, Carmen Masías, sin expresarlo abiertamente, no aceptaba la cifra del CORAH- MININTER.
Era una colisión entre estos dos entes estatales sobre la meta de erradicación de este año y del enfoque que se le había dado a esta en el quinquenio que termino. Esa declaración le debe haber caído como un balde de agua fría al ministro del maltepe escort interior Carlos Basombrío y al jefe del CORAH. El no cercioramiento de esta flagrante colisión entre Carmen Masías y Basombrío por los medios, no abrió el debate sobre el mismo. Sin embargo, todavía puede darse. Y debe darse.
De otro lado, Carmen Masías al señalar que este año «se cumplirá con la meta de 16 mil hectáreas (de erradicación de la coca, agregamos)» estaba poniendo orden en el campo de Madult.net la erradicación forzosa. Así es: le estaba diciendo al ministro del interior que se guarde sus 20 263 hectáreas de coca «erradicadas» y que la meta de este año es de 16 mil hectáreas. A buen entendedor, pocas palabras.
Y, refiriéndose a la cifra de erradicación de su antecesor Alberto Otárola, según la presidenta de Devida fue manejado, por resumirlo de alguna manera, con un enfoque equivocado. Dijo que la erradicación ha sido equivalente a «echarle gotitas al mar» porque no fue «apoyada por un plan de desarrollo para las zonas». En otras palabras, fue una erradicación que no servía. Que las «cifras en azul» y la «valla alta» de la que se pavoneaba el expresidente ejecutivo de Devida, no eran tales.
Eran cifras, por la falta de planes de desarrollo, hueros e insostenibles. La metáfora utilizada por Masías, «echarle gotitas al mar», en realidad esconde otras cosas. ¿Qué otras cosas? Que las cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Droga y el Delito (ONUDD) no son, de lejos, la medición que se aproxima a la superficie de la coca en el país y que las cifras de erradicación forzosa de la coca del MININTER/CORAH están adulteradas.
Veamos: ¿es posible creer, por ejemplo, que el año 2014 haya habido -como señala ONUDD- 332 hectáreas de coca en la región Ucayali y que el CORAH haya erradicado 4,776 hectáreas el año 2015, es decir, que -en un año- los cultivos de coca hayan crecido en 1,335.54%? Obviamente, ni lo uno ni lo otro. Solo quien no conozca la zona puede creer que el año 2014 haya habido en la región Ucayali 332 hectáreas de coca y sería ingenuo quien crea que el CORAH haya erradicado 4,776 hectáreas el año pasado.
Más aún, si de acuerdo con la data del MINITER/CORAH, más de 3,550 de las 4,776 hectáreas erradicadas el año 2015 corresponde a la provincia de Padre Abad, donde el año 2014 se erradico cerca de 14 mil hectáreas. Grábense bien la cifra: ¡casi 14 mil hectáreas de coca¡ Definitivamente, las cifras de erradicación del año 2014 y 2015 esta adulteradas, infladas. No resisten el menor análisis estadístico ni cualitativo.
Otro caso ilustrativo es la erradicación en la región Pasco, específicamente en Pichis-Palcazu-Pachitea: ¿es posible creer que en una zona donde, según ONUDD, había 307 hectáreas de coca el CORAH haya erradicado 5,890 hectáreas, es decir, que los cultivos de coca -en un año- hayan crecido en 1, 812.05%? Imposible de creer. Máxime si tenemos en cuenta que, según la propia ONUDD, los cultivos de coca en una región nunca han crecido en un 100%. Loreto es la única región que, el año 2010, creció en un 90%.
Obviamente, al igual que en el caso de Ucayali, es imposible creer en ambas cifras, la superficie y la erradicación, oficiales sean reales o cercanas a la realidad. Peor aún si consideramos que el año 2014 se erradico 4,864.49 hectáreas. Eso quiere decir que el año 2015 se erradico 1000 hectáreas más respecto al año anterior. Eso quiere decir que, en esta zona, la erradicación no fue siquiera un factor disuasivo a la resiembra.
Si analizamos otras regiones, quizá con excepción de Huánuco, encontraremos lo mismo: que la medición de ONUDD no es lo más aproximada (como debe ser) a la superficie nacional de los cultivos de coca y que las cifras de erradicación están adulteradas o infladas. Posteriormente, en un trabajo más amplio, publicaremos los cuadros comparativos que demuestran y confirman dichas afirmaciones.
Conclusión: no es cierto el nivel de reducción de la superficie de la coca en el Perú que los monitoreos anuales de los cultivos de coca que ONUDD ha venido dando cuenta en los últimos dos años. No son, por ello, reales los «éxitos» en la lucha contra el narcotráfico que hacia alarde el exjefe de Devida que nunca comprendió el problema. Los «éxitos» logrados por la erradicación forzosa en la era de Ollanta Humala solo existen en los cuadros y estadísticas. Son virtuales.
El gobierno de PPK debe realizar una nueva medición de la superficie de la coca en el país y revisar las cifras de la erradicación forzosa. Esa nueva medición de la coca no lo debe realizar el ente que “redujo” estadísticamente la superficie de la coca, ONUDD, y debe incluir las plantaciones de amapola del cual se extrae el látex de opio que existe en 13 regiones y la marihuana que existe en 14 regiones. Solo así tendremos una idea global de la dimensión del narcotráfico en el Perú. Y, de paso, entenderemos porque tiene un enorme poder.